Todos conocemos del peligro que tiene el consumo de drogas tales como la heroína, el opio o la cocaína, pero pocos sabemos sobre las consecuencias negativas de otras drogas menos fuertes, que con frecuencia se pueden encontrar en cualquier tienda de medicamentos. Una de ellas es la efedrina, parte de una serie de medicamentos de diferente uso, incluyendo jarabes contra la tos..
Obtener de estos preparados la efedrina pura es cosa simple. Los drogadictos se las arreglan para eso con las más mínimas condiciones caseras sin equipos especiales. Cuando se consume por primera vez se siente una sensación de ligereza y se olvidan los problemas. La persona se anima y se vuelve amistosa. Las dosis posteriores, en cambio, no provocan esas sensaciones con la misma duración. Si la primera euforia se mantiene por 6-8 horas, con el tiempo su efecto cae hasta las 2-4 horas y el adicto está obligado a consumirla de 8 a 10 veces al día, para evitar un profunda estado de depresión, el cual es seguido por una apatía total y pérdida de cualquier motivación.
Hasta los preparados legalizados que contienen efedrina provocan costumbre cuando se toman por tiempos prolongados. El drogadicto acostumbrado a la efedrina por mucho tiempo puede consumir hasta 6 gramos de la droga al día. Esa dosis constituye un golpe muy grave a su sistema nervioso. El insomnio, la pérdida del apetito y el estado depresivo permanente se convierten en sus acompañantes de siempre, y con el tiempo comienzan a desarrollarse patologías psíquicas, ilusionaciones y desajustes del ritmo cardíaco. Dejar la droga en tal estado es prácticamente imposible.