Basima Hidjazi
Preguntas
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Los médicos evitan el término de “drogadictos recuperados”, y en vez de ello utilizan el término “drogadictos no activos” - o sea, los que no están consumiendo en un momento dado. ¿Acaso una persona nunca podrá perder esta etiqueta en la sociedad moderna? Incluso los médicos narcólogos opinan que sus pacientes siempre serán drogadictos. ¿Cómo podemos enseñar a la sociedad que los ex-drogadictos son unos componentes completos de la sociedad y que se les debe tratar adecuadamente?
En cualquier caso, el drogadicto debe ser mirado como una persona enferma, necesitada de amor, cuidado y apoyo. Se necesita trabajar en coordinación con los médicos, utilizar planes especiales de tratamiento, la psicoterapia, para que el paciente reniegue a los narcóticos y vuelva a la vida normal, donde, reitero, la familia juegue el papel más importante. La vida en armonía es la mejor defensa contra la droga y otras tendencias peligrosas. Actividades deportivas en el círculo familiar, visita a iglesias, mezquitas, inculcar la moral y la conciencia desde la infancia, la atmósfera de amor y respeto dentro de la familia – todo eso fortalece los lazos de la familia en esta sociedad llena de problemas y cambios vertiginosos. Especialmente en nuestros días, cuando cada cual está afanado en obtener dividendos de donde sea. Los motivos de la drogadicción tienen una cara económica social – la destrucción de la familia, la pobreza, la ignorancia de la población, el desempleo, las malas compañías. De los gobiernos depende la seguridad de la sociedad y la resolución del problema de infiltración de elementos criminales y el crimen organizado de la droga en las estructuras del poder. El gobierno debe frenar cualquier intento de lavado de dinero. Las instituciones de educación deben velar no solo por el proceso educativo, sino por el tal empleo del tiempo libre por parte de los estudiantes. Se necesita llevar a cabo actividades como conferencias, seminarios, discusiones sobre la nocividad de los narcóticos y las sustancias psicotrópicas, en coordinación con expertos de competencia. Se debe introducir literatura profiláctica en las bibliotecas en forma de manuales, CD, filmes. Necesitáramos organizar concursos de proyectos, escenas teatrales, dibujos, sobre el tema del daño de la droga, y también cursillos de entrenamiento para los maestros y alumnos que les permitan estar informados y actualizados en la prevención de la drogadicción. Muchas instituciones médicas para el tratamiento de la drogadicciónón en países árabes e islámicos necesitan desarrollarse. Sus condiciones aún no satisfacen las necesidades de sus pacientes, que enfrentan múltiples dificultades. Algunos todavía son considerados como hospitales, donde el tratamiento exige períodos largos y extensos recursos. En la sociedad donde conviven personas sanas y enfermos, todos tienen derecho al hogar, al trabajo y a una vida con dignidad. Los derechos y obligaciones de las personas rehabilitadas son los mismos que los derechos de todos los demás. El médico juega un papel esencial, inspirando en el paciente f? y confianza en sí mismo. Es capaz de con sus hechos y palabras apoyar y ayudar al enfermo a superar la dependencia de las drogas. La sociedad y los médicos, en primer lugar, no deben considerar a las personas curadas de drogadicción como una categoría peligrosa de individuos. Los prejuicios siempre obstruyen la valoración correcta de los demás. No se debe obviar este momento, crucial en la vida de un ex drogadicto. El gobierno y nosotros mismos debemos darles a ellos la oportunidad de integrarse nuevamente a la sociedad, y de no volver a algo peligroso y nocivo.
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¿Qué papel le asignaría Usted a la educación paternal y a las relaciones familiares en la prevención de la drogadicción?
La familia es la base y la célula principal de la sociedad. Si en la familia hay orden y concordia, en la sociedad también lo hay; de lo contrario el individuo se destruye, porque el hogar es el factor de más influencia en la formación de la personalidad, y la ausencia de armonía entre los miembros de la familia obstruyen su desarrollo correcto. Causas hay muchas – la indiferencia de los padres, la falta de recursos, la necesidad de trabajo en edad temprana y como consecuencia la separación de los adultos. Todo eso lleva a que los niños dejen las escuelas y caigan en malas compañías. Estas son las principales causas de la migración de los adolescentes al mundo criminal. Podemos afirmar con seguridad, que solamente el tratamiento médico es insuficiente. La sociedad, comenzando en la familia y terminando en el estado, está obligada a prestar atención a la formación de las jóvenes generaciones. Lo más importante en la profiláctica de la drogadicción es la presencia de contacto entre los padres y sus hijos, para no permitir que sus hijos caigan en la trampa de la drogadicción. Independientemente de que los padres sean personas adultas y educadas, ellos deben oír qué dicen los especialistas sobre este tema. Eso es muy importante.