Concurso Transnacional Antinarcotico por Internet "Maya". Videos, fotos, carteles, dibujos contra la narcomanía y el alcoholismo

Preguntas

• Los médicos evitan el término de “drogadictos recuperados”, y en vez de ello utilizan el término “drogadictos no activos” - o sea, los que no están consumiendo en un momento dado. ¿Acaso una persona nunca podrá perder esta etiqueta en la sociedad moderna? Incluso los médicos narcólogos opinan que sus pacientes siempre serán drogadictos. ¿Cómo podemos enseñar a la sociedad que los ex-drogadictos son unos componentes completos de la sociedad y que se les debe tratar adecuadamente?

  Esta es una cuestión de educación. Mientras más temprana y con más calidad haya sido la formación del individuo, éste estará más interesado en la información concerniente al tema. Se necesita platicar dentro de la familia, en la escuela o el trabajo. Comenzar a hablar con el niño desde temprano, no cuando llegue a la adolescencia. Es muy útil explicarle precisamente desde su infancia qué es la adicción y de cómo ser más comprensible y tolerante con los demás.

    

• ¿Qué papel le asignaría Usted a la educación paternal y a las relaciones familiares en la prevención de la drogadicción?

  El papel de los padres es fundamental. Hay que fomentar el diálogo con los adolescentes. Ellos deben sentir que son escuchados y tienen apoyo.

• En la era del Internet y del crecimiento de sociedades virtuales, ¿cuáles deben ser los medios comunicativos de lucha contra la drogadicción? ¿Cuál cree Usted que sería el medio más efectivo, y como cree que debe actuar el gobierno para poder influir sobre los drogodependientes y llevar a cabo medidas preventivas entre la población sana?

  La red es de facto un medio excelente para el análisis de los materiales que son de nuestro interés, siempre que se tenga acceso a sus recursos. Los medios de información masiva (la televisión y la radio) y fuentes especializadas de información en la esfera de la salud pública, que den una información verbal, o, por ejemplo, panfletos informativos en salas de espera constituirían, a mi opinión, un buen punto de partida. Y, si estos esfuerzos de divulgar el problema prohibido, reciben un soporte político y financiero por parte del país, entonces los resultados serían los mejores.